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Enumeración

Oh partícula de polvo de tus pies de loto
Oh ciudad de la isla del sol
Oh cascada de ghee
Oh arco de flores
Oh cuerda de abejas
Oh hija de la montaña nevada
Oh brote del árbol de coral
Oh collar de piedras de los deseos
Oh bosque de los deseos
Oh refugio del mundo
Oh loto de miles de pétalos
Oh flor de loto azul
Oh luna de almizcle
Oh gota líquida de piedra lunar
Oh el mundo bebiendo luz de luna
Una cascada de néctar cae de las flores de la mente

Oh tímidos ojos como un ciervo del bosque
Oh cuerpo fino como un rayo
Oh mecha bermellón de tus cabellos
Oh rizos hermosos como abejas jóvenes
Oh cabello suelto y disperso
Oh frente como una segunda media luna
Oh cejas ligeramente arqueadas
Oh tus ojos como abejas
(El día amanece en tu ojo derecho
La noche cae en tu ojo izquierdo
y tu tercer ojo es el crepúsculo)
Oh pestañas de plumas que perturban la tranquilidad
El mundo se crea cuando abres tus ojos
y se disuelve cuando los cierras

Oh los tres pliegues de tu cuello
Oh tus cuatro brazos suaves y esbeltos como el filamento de un loto
Oh el encanto de tus manos
Oh tu pecho el néctar de una jarra de rubí
Oh las ropas deslizándose en tus senos
Oh las curvas húmedas de tus senos
Oh la laguna profunda de tu ombligo
Oh la línea de vello en tu vientre una onda en el río
Oh tus muslos como tallos de plátano dorado
Oh tus rodillas redondeadas
Oh la delicadeza de tus tobilleras
Oh las corrientes de néctar que fluyen entre tus pies
Oh tus pies de loto tendidos sobre mi cabeza

El sol de la mañana abre racimos de loto en la mente de los grandes poetas
brillantes como finas piedras lunares dulces como leche y ghee
dulces como el aliento de loto de la Reina de la Palabra
y tus pendientes tintinean ligeramente mientras escuchas y asientes
tus pendientes brillantes siguiendo el compás con asombro y deleite
son pequeñas lunas que reflejan la luz de tus mejillas

Eres mente eres espacio eres el viento y el fuego que el viento lleva
Eres las aguas y la tierra no hay nada más
Este mundo sin luz está inundado con tu esplendor


FROM A HYMN TO THE GODDESS OF THE THREE CITIES
O speck of dust from your lotus feet
O island city of the sun
O waterfall of ghee
O bow made of flowers
O bowstring of bees
O daughter of snow mountain
O coral-tree blossom
O necklace of wishing-jewels
O forest of wishing-trees
O refuge from the world
O lotus of a thousand petals
O full-blown blue lotus
O moon of musk
O liquid drop from a moonstone
O world drinking moonlight
A waterfall of nectar falls from the flowers of the mind

O eyes as shy as a forest deer
O body slender as a lightning bolt
O streak of vermillion in the part of your hair
O curling hair beautiful as young bees
O hair untied and flowing
O forehead like a second half-moon
O eyebrows slightly arched
O eyes like bees
(Day dawns in your right eye
Night falls in your left
and your third eye is the twilight)
O feathery eyelashes disrupting tranquility
The world is created when you open your eyes
and dissolves when you close them

O the three creases in your neck
O your four arms soft and slender as the filament of a lotus
O the loveliness of your hands
O your breasts like ruby jars of nectar
O the clothes slipping from your breasts
O the sweating curves of your breasts
O the deep pool of your navel
O the line of abdominal hair like a ripple on a river
O your thighs like golden plantain stalks
O your well-rounded knees
O the soft jangle of your anklets
O the streams of nectar flowing between your feet
O your lotus feet set upon my head

The morning sun opens lotus clusters in the minds of great poets
bright as moonstone slivers sweet as milk and ghee sweet
as the lotus fragrance of the mouth of the Queen of Speech
and your earrings slightly jangle as you listen and nod your head
keeping time in wonder and delight your shining earrings
like little moons reflecting the brightness of your cheeks

You are mind you are space you are the wind and the fire the wind carries
You are the waters and the earth there is nothing more
This lightless world is flooded with your radiance

Eliot Weinberger (traducción de Luna Marina Companioni, en revista Erial)

A veces me encantaría no decir nada y solo hacer un listado de palabras que ocupen el tiempo. Un listado con mis palabras favoritas:

Lombote

Lonja

Ponchada

Refucilo

Orear

Fajinar

Tupido

Revienta

Pando

Picaflor

Chilcal

Chinela

El verbo achuzar

El adjetivo chuzo

Chanfleado, aunque no sé si chanfleado es una palabra que se use en todos lados o solo en Cabrera.

Palabras para mirar. Eso y nada más.

A veces solo quiero quedarme callado. No hablar. No escribir. No hacer nada, por mucho tiempo.

Una palabra no doma el cuerpo.

Ninguna palabra doma la pena. Ninguna palabra la espanta.

Ninguna palabra la logra decir de verdad.

Federico Falco, en Los llanos

XVIII

Y es la hiedra que trepa entre las grietas y echa gajos,
y es el picaflor que bebe la dulzura y alza el vuelo,
y es la hormiga que se alimenta de raíces y abre el camino,
y es la frente que se inclina y da contra la piedra,
y es la sangre la que hace polvo tanta grandeza,
tanta eternidad desmoronada hasta el absurdo.

¿Cómo es que tropezamos con nosotros mismos?

Alberto Szpunberg, en El síndrome Yessenin

a Kathryn A. Kopp

Como desplegar
el cuerno de la abundancia
espigas finísimas, esbeltas
piedras preciosas, oro
cerbatanas de jade
góndolas
cristales como lunas
soles como los ojos del tigre
apenas vislumbrado entre las hojas
y el rumor de las hojas al rozarse
y el océano
la insistencia nocturna de los grillos
la luna blanca como una pregunta
o el asombro
noches como perlas enlazadas
centellas como calles vivas
y el tiempo ancho como la llanura

 

Mercedes Roffé, en La noche y las palabras

Estoy ahorrando para comprarme un orgasmo
y una buena noche de sueños.
También necesito una montaña cubierta de neblina cuando amanezca
y el canto de cinco mil zanates
No, colibríes, diez kilos destos color verde metálico, por favor.
Alguien que me diga que soy maravillosa
mínimo trece veces la hora.
Un reloj de cuco que se acuerde de mi nombre.
Quiero cincuenta años más de salud
para todos.
¡Yo invito!
Pelo nuevo, dientes blancos,
arcoiris dobles,
cascadas de agua dulce para bañarse desnudo.
Voy a llenar la canasta.
¿Puedo empeñar mi buen nombre?
¿A qué tipo de cambio?
Una gruesa de poemas sería buena inversión.
¿Cuánto costaría sentirme joven?
Dame varias hectáreas de eso.
La risa vale su peso en oro.
¿Te podría contratar para contarme chistes?
¿Cuánto cobrarías por hora
para reir de los míos?
¿Es tu mejor precio?
¿Aceptas cheques?
¿Me envuelves, por favor,
como regalo?
Ámbar Past, en Huracana

128

¡Dame el ocaso en una copa,
enumérame los frascos de la mañana
y dime cuánto hay de rocío,
dime cuán lejos la mañana salta-
dime a qué hora duerme el tejedor
que tejió el espacio azul.

Escríbeme cuántas notas habrá
en el nuevo éxtasis del tordo
entre asombradas ramas-
cuántos caminos recorre la tortuga-
cuántas copas la abeja comparte,
disoluta del rocío!

También, ¿quién puso la base del arco iris,
también, quién guía las esferas dóciles
por juncos de azul flexible?
¿Qué dedos atan las estalactitas-
quién cuenta la plata de la noche
para saber si nadie está en deuda?

¿Quién edificó esta casita albana
y cerró herméticamente las ventanas
que mi espíritu no puede ver?
¿Quién me dejará salir un día de gala
con implementos de vuelo,
fugaz pomposidad?

Una importadora

La señora Alguien estuvo en Asia.
Lo que ella trajo de vuelta los sorprendería.
Bambúes, marfiles, jades y lacas,
Petardos que asustan como un demonio,
Recetas para el té con manteca,
Enredos sagrados para cuchichear:
Subterfugios para salvar el prestigio,
Un desarrollado gusto en jarrones,
Polémicas ya demasiado viejas para nombrar
Contra la invención americana—
Sobre todo de la producción en masa
Destinada a demostrar nuestra destrucción
¿Qué son los teléfonos, los rascacielos,
Las máquinas de afeitar, el periódico Sunday
Si no la forma más estúpida de evadir
Las verdades que le debemos a los asiáticos?
Pero su mejor exponente
Era una máquina para orar del Tibet
Que por medio de la energía de un arroyo en el jardín
Repetía constante Perdón, perdón;
Mientras el pintoresco mecanismo
Marcaba el ritmo de un reloj solar en la escena—
Las máquinas más primitivas
Produciendo en masa la venganza.
¿Enseñarle a esos asiáticos la producción en masa?
Enséñale a tu abuela cómo chupar un huevo.

 

An importer

Mrs. Someone’s been to Asia.
What she brought back would amaze ye.
Bamboos, ivories, jades, and lacquers,
Devil-scaring firecrackers,
Recipes for tea with butter,
Sacred rigmaroles to mutter,
Subterfuge for saving faces,
A developed taste in vases,
Arguments too stale to mention
‘Gainst American invention—
Most of all the mass production
Destined to prove our destruction.
What are telephones, skyscrapers,
Safety razors, Sunday papers
But the silliest evasion
Of the truths we owe an Asian?
But the best of her exhibit
Was a prayer machine from Tibet
That by brook power in the garden
Kept repeating Pardon, pardon;
And as picturesque machinery
Beat a sundial in the scenery—
The most primitive of engines
Mass-producing with a vengeance.
Teach those Asians mass production?
Teach your grandmother egg suction.

 

 

Robert Frost, San Francisco, 1874- Boston, 1963. De ‘In the clearing’. En The Poetry of Robert Frost, ‘The collected poems, complete and unabridged’, Henry Holt and Company, New York, 1979. Versión ©Silvia Camerotto

Tomado de http://desibilasypitias.blogspot.com.ar/