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Pereza

El que atrasó el reloj

¡Che, Pepino!
Levantate ´e la catrera
Que se ha roto la tijera
De cortar el bacalao.
¿Qué te has créido?
¿Qué dormís pa´ que yo cinche?
¡Andá a buscar otro guinche
si tenés sueño pesao!
¡Guarda, que te cacha el porvenir!
¡Ojo! Que hoy anda el vento a la rastra,
El que tiene guita, lastra
Y el que no, se hace fakir!

¿Querés que me deschave
y diga quién sos vos?
¡Vos sos, che, vagoneta
el que atrasó el reloj!

¿Con qué herramienta te ganás la vida?
¿Con qué ventaja te ponés mi ropa?
¡Se me acabó el reparto ´e salvavidas!
Cachá esta onda: ¡Se acabó la sopa!
A ver si cobrás un poco ´e impulso
Pa´ que esta vida de ojo no se alargue,
Ya estoy en yanta de llevarte a pulso
Buscate un changador pa´ que te cargue.

Si hasta creo…
Que naciste de un carozo,
¡Sos más frío que un bufoso!
¡Ya no te puedo aguantar!
En la sangre…
Me pusiste un bombiya
Y hoy me serruchás la silla
Cuando me quiero sentar.
¡De esta, ya no te salva ni el gong!
¡Guarda, que se me pianta la fiera!
¡Levantáte ´e la catrera
que voy a quemar el colchón!

¿Querés que me deschave
y diga quién sos vos?
¡Vos sos, che, vagoneta
el que atrasó el reloj

El alma adora nadar.

Para nadar es necesario extenderse sobre el vientre. El alma se disloca y parte. Se va nadando. (Si su alma se va cuando está usted parado, o sentado, o con las rodillas flexionadas, o los codos, con cada diferente posición corporal, el alma partirá con un comportamiento y formas diferentes, es lo que desarrollaré más tarde.)

A menudo se habla de volar. No es eso. Lo que hace es nadar. Nada como las serpientes y las anguilas, jamás de otra manera.

Es así que muchas personas poseen un alma que adora nadar. Se les llama vulgarmente perezosos. Cuando el alma abandona el cuerpo por el vientre para nadar, se produce tal liberación de no sé qué, es un abandono, un goce, una relajación tan íntima.

El alma se va a nadar en el hueco de la escalera o en la calle siguiendo la timidez o audacia de un hombre porque ella siempre conserva un hilo de ella a él y si este hilo se rompiese (en ocasiones se hace muy tenso pero es necesaria una fuerza pavorosa para romper el hilo), sería terrible para los dos (para ella y para él).

Cuando ella está ocupada nadando lejana mediante este simple hilo que une al hombre al alma se cuelan volúmenes y volúmenes de una especie de materia espiritual, como lodo, como mercurio o como un gas –goce sin fin.

Es por esto que el perezoso es incorregible. No cambiará nunca. Es por esto que la pereza también es la madre de todos los vicios. Porque… ¿quién es más egoísta que la pereza?

Tiene fundamentos que el orgullo no tiene.

Pero la gente se ensaña con los perezosos.

Mientras ellos están acostados se les golpea, se les arroja agua fría en la cabeza, rápidamente deben traer su alma. Entonces ellos los miran con esa mirada de odio que se conoce bien y que se ve sobre todo en los niños.