Poemas y manzanas
De tanto dejar los poemas
cerca de la frutera,
una noche un poema seco
se contagió con el perfume
de una manzana,
y manzana se volvió.
Cortar poemas como frutas
en la madrugada,
eso si que es saludable.
Luego, poner a tostar
la cáscara de los versos
y hacer un té
que haga dormir los miedos
que trepan por las sombras.
Martín Raninqueo (Poemas al Flautista)